Definición de la deuda
Cuando un país tiene déficit público1 o requiere de recursos adicionales para financiar un gasto no previsto o no presupuestado, acude al recurso del endeudamiento. Del mismo modo, cuando las familias, empresas o bancos requieren recursos adicionales, acuden al endeudamiento privado.
La deuda de un país es la suma de la deuda del sector público y la del sector privado y hablamos de deuda pública cuando quien la contrae es una administración pública (sea el gobierno central o los gobiernos autonómicos, diputaciones, ayuntamientos, …), y de deuda privada cuando lo hace una persona física o jurídica, es decir, familias, empresas o entidades bancarias.
Sea deuda externa, que supone que administraciones públicas o actores privados deben a acreedores en el exterior, o deuda interna, en que se trata de acreedores del propio país (principalmente bancos y tenedores de bonos), la deuda pública se puede contraer tanto con acreedores públicos (instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial, el FMI o el Banco Central Europeo, u otros estados) o privados (a través de créditos de bancos privados o la emisión de bonos en los mercados financieros).
Cuando se insiste en que el Estado español tiene un problema de deuda soberana, ¿de qué se trata realmente? Lo cierto es que el problema de deuda de la economía española radica fundamentalmente en la que ha llegado a acumular el sector privado, endeudado hasta niveles insostenibles y que, al contar en gran medida con el aval del Estado, ha llevado la deuda pública a niveles alrededor del 100% del PIB.2
1: Se produce cuando los gastos realizados por el Estado y el resto de Administraciones Públicas, en un determinado período, normalmente un año, superan a sus ingresos. Los ingresos se dan principalmente a través de los impuestos, y se distinguen dos tipos:
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Impuestos directos, tales como: Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), Impuesto de Sociedades, Impuesto de sucesiones y donaciones, Impuesto sobre el Patrimonio, sobre la vivienda (IBI), etc.
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Impuestos indirectos: Impuestos sobre el consumo, principalmente el IVA e impuestos especiales (tabaco, alcohol, hidrocarburos, electricidad, etc.).
2: Producto Interior Bruto (PIB): es la suma del valor de todos los bienes y servicios finales producidos en un país – por lo cual se denomina interior – en un año. Se le llama bruto, porque en él no se deducen las amortizaciones.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
La actual crisis económica mundial desatada a raíz del estallido de la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos, paralizó el mercado mundial de crédito en 2008 y extendió la crisis a Europa, afectando especialmente a España, también con una gran burbuja de crédito inmobiliario.
El camino seguido en los años anteriores a la crisis consistió en la desregulación del sector financiero e inmobiliario a través de leyes liberalizadoras del suelo (Ley 6/1998, de 13 de abril, sobre régimen del suelo y valoraciones) y de las Cajas de Ahorro (Real Decreto 2290/1977 y Real Decreto 1582/1988) que permitieron que se especulara con el suelo y facilitaron la construcción indiscriminada; el crédito fácil fue el factor que acabó de hinchar la burbuja inmobiliaria.
Desregulación, interés bajo y la promovida cultura del enriquecimiento rápido, generaron burbujas que dispararon los precios de las viviendas. Cuando el precio de la vivienda ya no pudo subir más, comenzó el desmoronamiento del mercado del crédito inmobiliario y aparecieron los agujeros en los balances bancarios.
En Estados Unidos, la quiebra de una entidad como Lehman Brothers sembró el pánico y extendió la crisis por todo el mundo. A partir de entonces, en un intento de evitar la quiebra de la economía mundial, los gobiernos de los países en crisis han priorizado el «rescate» de las sociedades privadas con dinero público.
A la vez, bajo la justificación de un supuesto «exceso de gasto público» en estos países, se ha procedido a desmantelar el Estado de Bienestar con recortes en las principales partidas del gasto social, es decir, en aquellos servicios públicos que son esenciales para la vida de las ciudadanas.
La pandemia: desencadenante de una crisis latente1
La pandemia de la COVID-19 ha producido, entre otras cosas un impacto en la salud pública de la población, pero más aún por la profundidad de la depresión económica que ha desencadenado, causando un desastre social y laboral que nos sume en la incertidumbre. Esta crisis, sobrevenida y profundizada por la pandemia, viene a producirse en un contexto donde se mostraban de antemano síntomas de agotamiento del breve y frágil ciclo económico capitalista, que salió en falso de la crisis del 2008.
Estamos ante uno de esos acontecimentos que modifican la estructura, tanto por romper los frágiles equlibrios económicos existentes como por las nuevas doctrinas aplicadas que, sin cuestionar el orden establecido, van a desarrollar lo que se denomina neoliberalismo de Estado.
Es aquí donde aparece lo público como institución decisiva, adoptando un papel protagonista y novedoso, no tanto por la inauguración de una nueva relación con lo privado, sino por su proporción. Frente a lo necesario, que lo público atienda las necesidades sanitarias, sociales y laborales de la población, y las urgencias de transición ecológica en el modelo energético y productivo, promoviendo una inversión pública alineada con estos objetivos, va a emplearse la financiación pública, mediante deuda y una fiscalidad regresiva, para que la parasite el negocio privado, en forma de préstamos baratos o semigarantizados, ayudas directas y contratación pública bajo fórmulas de cooperación público-privada, que ponen los recursos públicos al servicio del lucro privado.
La crisis económica, profundizada por la pandemia, ha generado un contexto muy grave de socialización de pérdidas, costes laborales y deudas privadas que han ido a parar a las espaldas del erario público. La interrupción del Pacto de Estabilidad es coyuntural. Una vez pase la crisis sanitaria, se acabe el período excepcional y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento vuelva a ser de aplicación, volverá la Troika o una política equivalente.
1: Albarracín, Daniel (2020). Transformando el sufrimiento en lucha. Una experiencia en tiempos de pandemia. Capítulo VII. Editorial SYLONE en coedición con viento sur. Barcelona.
¿Cómo estamos actualmente?
Según datos del Banco de España, la deuda pública, a 31 de diciembre de 2020, acabó en un máximo histórico de 1,35 billones de euros, lo que equivale al 120% del PIB, tras un año marcado por la pandemia del COVID-19.
En 2007 era sólo del 40% sobre el PIB (frente al 65% de deuda que tenían Alemania y Francia ese mismo año).
Para hacernos una idea es 6 veces el gasto social del presupuesto del Estado previsto para 20161 o 16 veces el presupuesto previsto para el sistema sanitario público2 por el conjunto de las Comunidades Autónomas.
1: Se puede ver la información del Presupuesto inicial para 2016 en el siguiente enlace:
2: Para la información relacionada con el gasto sanitario público ver:
¿Cuál es la deuda total de la economía española a 2020?
Cuando hablamos de la “deuda española” debemos incluir el conjunto de ella, es decir, tanto la pública (de las diferentes administraciones públicas) como la privada (de las empresas no financieras y familias) del territorio español1.
Es a partir de 2007, inicio de la crisis, cuando se dispara la deuda pública incrementándose en 649.477 millones de euros, debido a un desequilibrio fiscal generado por la disminución de la recaudación (por la caída de la actividad económica, pero también por la renuncia a aplicar una política impositiva más justa y una verdadera intención de luchar contra el gran fraude fiscal), un mayor coste en las prestaciones de desempleo y el conocido rescate bancario. En el mismo período, la deuda privada se ve reducida en 657.167 millones de euros.
1: Se trata de la “deuda consolidada total”, que incluye los pasivos en circulación sin depósitos y eliminando las deudas cruzadas entre Administraciones Públicas.
Evolución del total de deuda
El Gráfico muestra la evolución del total de la deuda pública y de la deuda privada, representada por la deuda de las sociedades no financieras y la deuda de las familias.
Estas cifras evidencian que la crisis española fue causada, como en la mayoría de países sumidos en la presente crisis, por un exceso de endeudamiento privado, y no público.
Evolución de la deuda pública y privada en el período 2000-2020, según PDE. (en millones de euros)
Deuda Pública – Deuda privada
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Banco de España.
Deuda ilegítima
Deuda contraída por los poderes públicos sin respetar el interés general o en favor del interés particular de una minoría privilegiada.
Por ejemplo, la generada por “elefantes blancos” como el aeropuerto de Castellón.
Deuda ilegal
Deuda contraída en violación del orden jurídico o constitucional aplicable.
Por ejemplo, la originada por los casos de corrupción, como los que evidencian las operaciones “Malaya”, “Púnica” o “Gürtel”.
Deuda pública odiosa
Créditos ligados a la implementación de políticas que violan los derechos sociales, económicos, culturales, civiles o políticos de las poblaciones afectadas por el pago de dicha deuda, con el conocimiento de los acreedores.
Por ejemplo, la deuda contraída para rescatar a la banca española implementando políticas diseñadas por la Comisión Europea para imponer más austeridad violando derechos económicos y sociales de la ciudadanía1.
1: Memorando de Entendimiento sobre condiciones de Política Sectorial Financiera, hecho en Bruselas y Madrid el 23 de julio de 2012, y Acuerdo Marco de Asistencia Financiera, hecho en Madrid y Luxemburgo el 24 de julio de 2012.
Ver enlace en: https:/www.boe.es/diario_boe/txt.php? id=BOE-A-2012-14946
Deuda pública insostenible
Deuda cuya devolución impide a los poderes públicos garantizar los derechos humanos fundamentales.
Por ejemplo: la deuda pública española, superior al 100% del Producto Interior Bruto (PIB).